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Ansiedad: ¿de dónde viene? Resulta que nuestros padres nos enseñan la ansiedad, por temor a nuestra salud y seguridad, cuando aún no somos capaces de cuidarnos por nosotros mismos. Obtenga más información sobre las fuentes de la ansiedad y descubra cuál es la diferencia entre la ansiedad y el miedo.

Ansiedad: ¿de dónde viene?

El miedo , según muchos psicólogos, se implanta en una persona al nacer. La llamada lesión de nacimiento es responsable de esto. Imagine esta situación de pesadilla: nuestro cuerpo se flexiona en todas las direcciones y nuestra cabeza se aplasta mientras empuja a través del canal de parto, hasta que los huesos del cráneo se mueven.

Luego nos envuelven en algo áspero como papel de lija que nunca hemos tocado. Todo el cuerpo arde y hace mucho frío o mucho calor. Nuestros oídos son bombardeados con un ruido como nunca antes habíamos escuchado y no podemos liberarnos de él. Nuestros ojos están cegados por una luz brillante y punzante que causa dolor incluso cuando cerramos los párpados.

Finalmente, sentimos como si nuestro cuerpo, que hasta ahora ha sido exprimido por todos lados, estuviera a punto de desmoronarse. Duele. La tortura continúa todo el tiempo, día y noche. Los psicólogos llaman a estas experiencias un trauma de nacimiento, y las fuertes emociones desagradables que las acompañan se convierten en la raíz de la ansiedad.

Se podría decir que los primeros sentimientos que siente un bebé cuando llega al mundo son miedo y miedo. Para reducir el trauma asociado con el parto en los niños, se inventaron los partos en el agua y, después del nacimiento, se envuelve al bebé en pañales para mantenerlo apretado, como en el útero de una madre.

Ansiedad y miedo

La ansiedad no es el resultado de una situación amenazante, sino que es el resultado de lo que está pasando en nuestra cabeza, por lo tanto, habiendo comprendido nuestros miedos, podemos comprendernos a nosotros mismos, nuestras limitaciones. Y luego también está la posibilidad de desarrollarse y sentirse lleno de vida.

Aquí, sin embargo, surge una pregunta interesante: si el miedo no proviene del peligro, sino que fluye desde lo más profundo de nuestra alma, ¿para qué sirve este sentimiento? El miedo tiene una función adaptativa: si no hubiéramos tenido miedo a los peligros, ¡no habríamos sobrevivido! ¿Pero miedo? ¡Simplemente nos domina! Cuando alguien tiene miedo de hablar en público o en salas cerradas, solo le dificulta la vida.

Cuando miro la imagen de una araña y tengo miedo, experimento miedo. Después de todo, nada me amenaza y, sin embargo, tengo miedo. EsteDistingue entre miedo y miedo: experimento miedo cuando algo realmente me amenaza, por ejemplo, veo un automóvil que se me acerca rápidamente. El miedo, por otro lado, es el resultado de una amenaza imaginaria que no está motivada en la realidad.

Ansiedad y padres

Entre las edades de uno y tres años, este "miedo a la desintegración" primario evoluciona hacia una nueva forma: se convierte en un miedo a la separación de un padre, un miedo a la soledad. Esto se debe a un trasfondo evolutivo: en tiempos prehistóricos, un niño pequeño que ya se movía de forma independiente era presa muy fácil. La distancia de sus padres los expuso a una muerte casi segura. Por lo tanto, la evolución "inculcó" en el niño un miedo que lo mantuvo cerca del guardián, como si tuviera una correa.

Este miedo se manifiesta en los niños con lloriqueos cuando el padre, especialmente la madre, se aleja. El niño quiere que el padre participe en todos sus juegos, llora cuando se queda con, por ejemplo, su tía o la guardería, incluso puede jugar para que los padres estén con él. A veces es mejor discutir con un padre que sentarse solo en una habitación. Un derivado del miedo a la soledad es el miedo a la oscuridad, a quedarse dormido y el deseo de dormir en la cama de los padres.

Ansiedad: ¿cuáles son sus efectos?

Si el desarrollo de la personalidad se atrofia, el miedo a la soledad puede persistir en la personalidad durante toda la vida. Entonces tenemos miedo a la independencia, la soledad y la independencia. En general, sin embargo, el desarrollo va bien y pronto surge una nueva forma de miedo: el miedo a perder el amor.

El niño ya no tiene miedo de perder la relación con el cuidador, comienza a temer perder la "buena relación". Este es un tremendo avance en su vida emocional. El niño comienza a preocuparse por la aceptación, la aprobación y el amor, quiere mantener buenas relaciones con los demás y no, como en la etapa anterior, ninguna relación.

Si este miedo domina nuestras vidas, la mayoría de las cosas que haremos (trabajar, tener hijos, ganar dinero, participar en actividades sociales, relacionarnos, etc.) estarán basadas en este deseo básico: lograr la aceptación de otros.

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