La ira en sí misma no es ni buena ni mala. Sin embargo, cuando se siente con demasiada frecuencia, con demasiada fuerza e inadecuadamente a la situación, puede envenenar o incluso destruir la vida.
Al igual que la alegría, la tristeza y el miedo, la ira es una de sus emociones primarias. Los bebés se enojan cuando quieren algo. También en los adultos, la ira suele ser una señal de que no se están satisfaciendo algunas necesidades. Puede realizar funciones positivas: movilizar a la acción, expresar disconformidad con el mal trato de los demás, fortalecer la autoestima. Pero a veces la ira es destructiva.
ira tóxica
Hay personas (y desafortunadamente muchas de ellas) que, cuando se enojan, lastiman gravemente a otros: familiares, amigos, compañeros de trabajo.
La ira tóxica es aquella que ocurre con demasiada frecuencia, con demasiada intensidad y dura demasiado tiempo
Las personas que están en una relación cercana con el maligno sufren severos daños físicos y mentales. Las consecuencias de la ira tóxica pueden incluir tristeza profunda, depresión, retraimiento, baja autoestima o indefensión aprendida. Esto último provoca la incapacidad para hacer frente a la vida y el consentimiento sin sentido a todo lo que nos sucede.
El precio que pagamos por una relación con un hombre enojado es también la pérdida de salud (por ejemplo, trastornos circulatorios, problemas con la presión, insomnio migrañas). La ira tóxica, especialmente cuando se experimenta en la niñez, puede dejar cicatrices permanentes en la psique.
Hay gente enfadada entre nosotros
La ira la muestran más a menudo los hombres, pero cada año hay más y más mujeres enfadadas. La ira tóxica es cada vez más presentada por niños y adolescentes. Podemos encontrarnos con un hombre enojado no solo en casa, sino también en el trabajo o en una oficina.
El mecanismo de afrontamiento en tales situaciones es siempre similar (excepto para los niños que requieren un enfoque educativo especial). Lo más importante es defender tus propias fronteras y evitar la confrontación. Por lo tanto, si ve que alguien en su empresa (su supervisor, por ejemplo) se enoja, no reaccione emocionalmente en primer lugar. Espera a que pase la tormenta (por ejemplo, cuando vayas a otra habitación) y luego trata de hablar o decir claramente pero con calma que no deseas que te traten de esta manera.
La culpa no es tuya
¿Cómo sobrevivir en una relación donde hay ira tóxica? como en todos los díastratar con personas enojadas
Cuando te conmueve la ira de alguien, por lo general te preguntas: ¿por qué esta persona reacciona de esta manera? Y al principio buscas la culpa en ti mismo. ¿Qué he hecho mal? Tal vez el jefe tenga razón en que soy un inepto. Tal vez mi pareja esté enojada con razón por el desorden en el apartamento. Tal vez debería esforzarme más…
¡Alto! Esta es la primera creencia falsa de la que debes deshacerte. Cuando alguien explota, no está haciendo frente a sus emociones. No eres la causa de su ira, sino la forma en que este hombre reacciona ante la realidad. La ira siempre es un reflejo de una persona, no del mundo que la rodea
Hay muchos factores que determinan si alguien reacciona impulsivamente. Por ejemplo, puede tener un temperamento enojado, lo que significa que su sistema nervioso es inherentemente hiperactivo. Las razones comunes para tal comportamiento son los patrones tomados del hogar familiar y experimentar ira en la infancia (más a menudo por parte del padre o la madre).
La tendencia a la ira la muestran las personas que abusan del alcohol y otros sustancias Casi siempre donde está presente el alcoholismo, también hay m altrato psicológico o físico. Las personas con depresión son susceptibles a las rabietas (esto es el resultado de un desequilibrio químico en el cerebro). Finalmente, para algunas personas, la ira es el único método conocido para hacer frente a los problemas de la vida cotidiana. No pueden lidiar con el estrés (porque no se lo enseñaron cuando eran niños) y, por lo tanto, usan la ira. Sin embargo, sean cuales sean las razones de este comportamiento, debes saber una cosa: ¡no tienes que estar de acuerdo con ello!
No tienes que ser una víctima
Las personas llenas de ira necesitan ayuda. Lo primero que puedes hacer cuando estás en una relación cercana con esa persona es hablar. En lugar de culparte a ti mismo o pretender ante el mundo que el problema no existe, trata de hablarlo con calma.
Cuando la situación es realmente grave y no se puede reparar dentro de las cuatro paredes de tu propia casa, ofrece ver Un psicólogo. Si su ser querido se da cuenta de que no está lidiando con la ira, es posible que esté buscando terapia. Sin embargo, también puede ser que se ría de tu oferta, o… reaccione con enfado. Entonces solo tiene una opción: en lugar de esperar a que cambie, actúe usted mismo. Trate de cambiar su forma de pensar y su comportamiento. Es importante que entiendas que tu vida no tiene que ser gobernada por su ira.
¿Cómo puede beneficiarse de ello? En primer lugar, te liberarás del papel de víctima y recuperarás el respeto por ti mismo. Quizá pases menos miedo, amplíes tu círculo de amistades, mejores tus relaciones con los niños… ¿Quizás entonces tu "nerviosismo" notará su problema?