CONTENIDO VERIFICADOAutor: lek. Patryk Jasielski

La abertura torácica superior es un área anatómica muy importante y complicada. Se compone de los segmentos posteriores de la columna vertebral, las costillas superiores en el costado y el esternón en la parte frontal. Forma la transición entre el pecho y el cuello. Hay numerosos grupos musculares con compartimentos fasciales. Hay vasos arteriales y venosos que son muy importantes para el funcionamiento, así como nervios y plexos nerviosos. Entonces, ¿qué es el síndrome de salida torácica superior?

Síndrome de apertura torácica superiores un término utilizado para describir el síndrome de compresión de la apertura torácica superior y los síntomas vasculares y neurológicos relacionados en las extremidades superiores. Los trastornos son el resultado de la presión sobre el plexo braquial (que es un conjunto de nervios que inervan todo el miembro superior y la axila), la arteria subclavia y/o axilar, y la vena subclavia y/o axilar. Todos estos vasos están diseñados para suministrar sangre a la axila y al miembro superior.

Causas del síndrome del opérculo torácico

Hay varias razones para este síndrome. Todas las condiciones que conducen a la compresión de vasos y nervios en el área de su curso en la abertura torácica, entre la columna cervical y la axila, pueden causar molestias.

Las causas pueden ser congénitas, como:

  • costilla cervical adicional,
  • anomalías en las costillas,
  • avances inválidos
  • y el curso de los músculos alrededor del cuello.

El síndrome también puede ser el resultado de una mala postura. La posición incorrecta del cuerpo durante el trabajo, el trabajo físico intenso o el ejercicio extenuante en el gimnasio se encuentran entre las causas más comunes. Una figura muy delgada, así como los músculos demasiado desarrollados de la cintura escapular y el tórax pueden predisponer al síndrome de compresión.

Otra posible causa son las lesiones en los hombros, la columna vertebral, la clavícula y las fracturas de la primera costilla.

Síntomas del síndrome de salida torácica

Las dolencias suelen aparecer entre los 30 y 40 años. Con mayor frecuencia son el resultado de la presión sobre los nervios. El dolor se observa en la columna cervical o en la cintura escapular y en lo profundo del hombro. Puede irradiarse a la cabeza a lo largo de la superficie medial.brazo y antebrazo, hasta el dedo 4 y 5.

También hay una sensación de hormigueo y entumecimiento en la parte superior del brazo, el antebrazo y la mano. Sensación debilitada, hipersensibilidad de las manos al frío y su enfriamiento son otros síntomas observados.

En síndromes más avanzados, la fuerza de los músculos de la mano puede debilitarse, es imposible realizar movimientos precisos y los músculos de la mano se atrofian. Cuando la vena se presiona con la mano, se hincha. La piel tiene un color rojo intencional. Hay venas dilatadas en la zona del miembro superior y el pecho y una red de venas finas.

La presión sobre una arteria puede provocar una isquemia aguda de la mano con su palidez, pérdida repentina de fuerza y ​​aumento de la alteración sensorial. En el síndrome crónico, las úlceras digitales y la necrosis son visibles.

La aparición o intensificación de los síntomas en función de la posición del miembro superior es muy característica del síndrome de compresión del tórax superior. Levantar o levantar el brazo causa molestias. Esto puede hacer que su trabajo y sus tareas diarias sean mucho más difíciles.

La aparición o intensificación de los síntomas en función de la posición del miembro superior es muy característica del síndrome de compresión del tórax superior. Levantar o levantar el brazo causa molestias. Esto puede hacer que su trabajo y sus tareas diarias sean mucho más difíciles.

Diagnóstico del síndrome del opérculo torácico

Para establecer un diagnóstico, se busca una posible causa. Al principio, el médico realiza pruebas de provocación (como el test de Adson o la hiperabducción) con el fin de intensificar la presión existente sobre los vasos subclavios y el plexo braquial.

Para detectar anomalías óseas se realizan radiografías de cuello, tórax y hombros. La ecografía de vasos con la función de evaluar el flujo sanguíneo a través de las arterias y las venas (examen Doppler) le permite verificar si la sangre en los vasos subclavios fluye correctamente. También puede comprobar la presión arterial en las arterias durante la ecografía.

La arteriografía se realiza con menos frecuencia. Es un examen en el que se inyecta un agente de contraste especial en la arteria y se controla su flujo con la ayuda de una serie de radiografías. Esto le permite juzgar cómo se ve el lumen de las arterias.

El médico también puede comprobar si hay presión sobre los nervios y si no están dañados, así como la inervación de los músculos. Para ello se utilizan pruebas electromiográficas, en las que se valora la inervación de los pequeños músculos de la mano.

La segunda prueba es una prueba electroneurográfica que verifica su capacidad de conducción nerviosa para ver si está alterada.

Tratamiento del síndrome de apertura de la caja superiorcofre

El método de terapia depende de la gravedad de la dolencia y la causa detectada de la enfermedad. Se aplica tratamiento conservador y quirúrgico

Con síntomas leves y sin alteraciones del flujo arterial, el tratamiento se basa en varios meses de rehabilitación y fisioterapia dirigida a fortalecer los músculos de la cintura escapular.

El tratamiento quirúrgico se utiliza en casos avanzados. Se eliminan las costillas cervicales adicionales o la primera costilla torácica. Los músculos del cuello se extirpan o se inciden. Cuando las arterias se estrechan o bloquean, se expanden y se insertan stents (este es un procedimiento de angioplastia percutánea). Si ve coágulos de sangre en una vena, puede tratarlos con medicamentos para disolver el coágulo. Los síntomas incluyen analgésicos y medicamentos antiinflamatorios.

El síndrome de salida torácica superior es una condición bastante común. Puede causar diferentes síntomas según la ubicación y la intensidad de la presión. Los síntomas pueden aumentar ligeramente, pero también pueden dificultar significativamente el trabajo y el funcionamiento diario.

Si experimenta dolor u hormigueo en el miembro superior, especialmente al levantarlo o abducirlo, consulte a su médico.

Ignorar los síntomas puede agravarlos y conducir a una atrofia muscular irreversible. La terapia basada en la fisioterapia, si se implementa lo suficientemente temprano, permite evitar la necesidad de una cirugía.

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