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Y todo tiene la culpa del coronavirus y la amenaza que causó. Muchas personas pueden volverse paranoicas debido al estrés, la inseguridad y una sensación de amenaza.

En tiempos de incertidumbre inesperada, como el inicio repentino de una pandemia mundial, las personas pueden ser más propensas a la paranoia, sugieren investigadores de la Universidad de Yale en un nuevo estudio publicado en la revista eLife.

"Cuando nuestro mundo cambia inesperadamente, queremos culpar a alguien por esta variabilidad, comprenderla y tal vez neutralizarla", dijo Philip Corlett de Yale, profesor de psiquiatría y uno de los autores del estudio.

¿Qué es la paranoia?

La paranoia es un síntoma clave de una enfermedad mental grave caracterizada por la creencia de que otras personas tienen intenciones maliciosas. Pero también se manifiesta en diversos grados en la población general. Por ejemplo, un estudio anterior encontró que el 20 % de la población creía que las personas estaban en su contra en algún momento del año pasado, y hasta el 8 % de los encuestados respondió que otras personas estaban activamente dispuestas a lastimarlos.

Más: PARANOIA - síntomas de paranoia. ¿Cómo reconocer la paranoia?

Existe la teoría de que la paranoia surge de la incapacidad de estimar con precisión los riesgos sociales. Pero los autores del estudio plantearon la hipótesis de que la paranoia está arraigada en un mecanismo de aprendizaje más básico que se desencadena por la inseguridad, incluso en ausencia de riesgo social.

Autoexamen

En una serie de experimentos, pidieron a sujetos con diversos grados de paranoia que jugaran un juego de cartas en el que se alteraban en secreto las mejores opciones para el éxito. Las personas con poca o ninguna paranoia asumieron muy lentamente que la mejor opción había cambiado. Sin embargo, los paranoicos esperaban aún más volatilidad en el juego. Cambiaron caprichosamente su elección, incluso después de ganar. Luego, los investigadores aumentaron la incertidumbre al alterar las posibilidades de ganar en la mitad del juego sin informar a los participantes. Este cambio repentino ha hecho que incluso las personas con poca paranoia actúen como personas con paranoia, aprendiendo menos de las consecuencias de sus elecciones.

En un experimento relacionado, las científicas de Yale Jane Taylor y Stephanie Groman entrenaron ratas, una especie relativamente antisocial, para completar una tarea similar en la que cambiaron las mejores opciones para el éxito. Ratas a las que se administróla metanfetamina, que se sabe que causa paranoia en los humanos, actuaba como personas paranoicas. Ellos también esperaban mucha volatilidad y confiaban más en sus expectativas que en aprender de la tarea.

Luego se aplicó un modelo matemático para comparar las elecciones hechas por ratas y humanos al realizar tareas similares. Los investigadores encontraron que los resultados de las ratas que recibieron metanfetamina se parecían a los de las personas con paranoia.

- Esperamos que este trabajo facilite una explicación mecánica de la paranoia, un primer paso en el desarrollo de nuevos tratamientos dirigidos a estos mecanismos subyacentes, dijo Corlett.

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