El anuncio de que se ha desarrollado una vacuna contra el COVID-19 eficaz y segura era una de las noticias más esperadas de los últimos meses. Los estudios han demostrado que algunas vacunas pueden ser tan efectivas como más del 90% de efectividad, protegiendo contra el desarrollo de la enfermedad grave de COVID-19. Sin embargo, a pesar de ello, todavía no sabemos, por ejemplo, si una persona vacunada de COVID-19, tras el contacto con el coronavirus SARS-CoV2, ¿puede contagiar a otras personas?

Respuesta inmunitaria a la vacuna COVID-19

La vacuna COVID-19 está diseñada para inducir principalmente una respuesta inmune para que se produzcan anticuerpos IgG contra el coronavirus SARS-CoV2. Esto es para evitar que el virus se propague por todo el cuerpo y el desarrollo de una forma grave de COVID-19.

Los anticuerpos IgG son el grupo dominante de proteínas inmunes en nuestro cuerpo. Son producidos por los linfocitos B específicamente contra ciertas proteínas en un virus u otro patógeno. Al adherirse a la superficie del virus, lo neutralizan y permiten que las células del sistema inmunitario lo eliminen del cuerpo de manera segura.

Sin embargo, dicho mecanismo de vacuna es sistémico y no necesariamente estimula la respuesta de la mucosa respiratoria, que es la puerta de entrada principal para la entrada del coronavirus.

En la mucosa, por otro lado, los anticuerpos IgA específicos juegan un papel clave en la neutralización del coronavirus, que no tienen que producirse después de la vacunación contra el COVID-19.

Los estudios preclínicos han demostrado que el coronavirus se puede detectar en hisopos nasales de personas vacunadas, aunque no hayan desarrollado síntomas de COVID-19. Esto sugiere que las personas vacunadas, a pesar de no tener síntomas, pueden ser susceptibles a la infección al propagar el coronavirus a través de las vías respiratorias.

¿Por qué alguien vacunado contra el COVID-19 puede contraer el coronavirus?

Este fenómeno puede deberse a que las vacunas actualmente utilizadas contra el COVID-19 no provocan la denominada inmunidad esterilizante, que se logra cuando los anticuerpos (principalmente anticuerpos IgA) que neutralizan el virus se unen a él, impidiendo que ingrese a la célula y se multiplique.

Para la vacuna COVID-19, aunque protege contracurso severo de la enfermedad, esto no excluye la posibilidad de reingreso del coronavirus en el cuerpo de la persona vacunada. En otras palabras, gracias a estas vacunas, el sistema inmunológico está "entrenado" para detener el brote de la enfermedad, pero el coronavirus puede sobrevivir en el cuerpo, lo que potencialmente le permite infectar a otros.

Una consecuencia de la f alta de inmunidad esterilizante es que el coronavirus aún puede circular en la población y causar la enfermedad COVID-19 en personas no vacunadas. Por lo tanto, es tan importante vacunar a tantas personas como sea posible en la población.

Quizás en el futuro, las próximas generaciones de la vacuna COVID-19, por ejemplo, la forma oral que contiene un virus atenuado (incapaz de causar enfermedad), demuestre ser más eficaz para inducir la inmunidad esterilizante.

Esto se debe a que, cuando se administra una vacuna oral, el virus, al infectar las células del intestino, estimula el sistema inmunitario unido a la mucosa y produce anticuerpos IgA específicos. Esto protege el sistema respiratorio contra los efectos negativos de la entrada de virus y al mismo tiempo permite aumentar la concentración de anticuerpos IgA en todas las membranas mucosas.

La vacuna COVID-19 no es una fuente de infección

El segundo punto importante a entender es que las vacunas COVID-19 que se usan actualmente no contienen el virus, solo un fragmento del mismo. Por lo tanto, la vacunación por sí sola no es una fuente de virus en el cuerpo de la persona vacunada.

Sin embargo, puede ocurrir que una persona vacunada entre en contacto con alguien que padezca COVID-19 o se contagie de coronavirus en público. Aunque el coronavirus entrará en su cuerpo y es probable que se multiplique, la vacuna la protegerá de desarrollar COVID-19.

También cabe señalar que la mayoría de las vacunas requieren dos dosis para brindarnos una protección eficaz contra el desarrollo de COVID-19. Por lo tanto, en el período entre vacunas sucesivas, no solo puede ocurrir la infección por coronavirus en sí, sino también el desarrollo de una forma grave de COVID-19.

¿Deben las personas vacunadas seguir el régimen sanitario? Aunque los ensayos clínicos disponibles muestran la efectividad de las vacunas para prevenir el desarrollo de la enfermedad COVID-19, no pueden confirmar de manera concluyente que las vacunas que se usan actualmente sean efectivas para detener la propagación del coronavirus.

Por lo tanto, se recomienda que las personas vacunadas contra el COVID-19 mantengan el distanciamiento social, usen mascarillas para la boca y la nariz y se laven las manos con frecuencia.

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