La intoxicación por monóxido de carbono se puede detectar realizando un análisis de sangre para detectar carboxihemoglobina. La carboxihemoglobina es un biomarcador de la exposición al CO. Las personas sospechosas de envenenamiento por monóxido de carbono deben ser examinadas rápidamente. Los niveles en sangre de más del 70% de carboxihemoglobina significan cambios irreversibles en el cerebro como resultado de la hipoxia y, en consecuencia, la muerte.
Las personas sospechosas de envenenamiento por monóxido de carbono deben someterse a una prueba de carboxihemoglobina en sangre lo antes posible, que es un biomarcador de exposición al CO. No existe una estrecha correlación entre el resultado de este estudio y la gravedad de la condición clínica. El pronóstico depende de la duración de la estancia de una persona en la atmósfera venenosa más que de la concentración de monóxido de carbono en el aire que respira.
Los niveles de carboxihemoglobina en sangre superiores al 70% indican cambios irreversibles en el cerebro como resultado de la hipoxia y la muerte.
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