El tejido adiposo marrón es responsable del equilibrio energético, la termogénesis y el aumento del gasto energético del organismo. Gracias a esto, evita que el cuerpo se enfríe y ayuda a contrarrestar la obesidad. Conducen a la activación del tejido adiposo pardo, entre otros. ácidos grasos omega 3.
El tejido adiposo pardo(también llamado tejido adiposo pardo) puede ser activado por agentes fríos y farmacológicos.
Las últimas investigaciones publicadas incl. en "The Journal of Nutritional Biochemistry" y en "Nature Communications" muestran que la actividad de las células grasas marrones puede estimularse con una dieta rica en ácidos grasos omega-3.
EPA y tejido adiposo pardo
La grasa parda se encuentra principalmente en el cuello y la zona supraclavicular.
El interés científico en el tejido adiposo pardo (BAT) ha aumentado cuando se ha demostrado que la grasa parda puede aumentar en la edad adulta, y un alto contenido de células de grasa parda se asocia con un menor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y otros enfermedades metabólicas
Hasta ahora, se creía que la mayor cantidad de BAT se encuentra en el organismo de los recién nacidos, y su nivel disminuye con la edad y el aumento en la cantidad de tejido adiposo de reserva blanca. Resulta que numerosos efectos favorables a la salud de los ácidos grasos omega-3 (especialmente EPA) están asociados con la influencia en la actividad de las células grasas blancas y marrones.
En un experimento realizado en dos grupos de ratones, uno de los cuales recibió una dieta rica en grasas y rica en ácidos omega-3 y el otro, una dieta baja en grasas, se demostró que una dieta enriquecida con EPA provocó pérdida de peso, una disminución en la cantidad de marcadores inflamatorios en el cuerpo, aumento de la tolerancia a la glucosa y aumento de la sensibilidad a la insulina de las células.
Estos efectos están asociados con una reducción de los procesos inflamatorios en las células grasas, una disminución de la lipogénesis (la formación de grasa almacenada) y una disminución de la oxidación de las grasas.
¿A qué afecta el tejido adiposo pardo?
La cantidad de tejido adiposo es mayor en mujeres y personas físicamente activas
Según los últimos informes, se ha descubierto que los ácidos grasos omega-3 activan los receptores encargados de estimular la actividadtejido adiposo marrón, y también contribuyen al proceso de oscurecimiento de las células grasas blancas, es decir, transformando las células marrones en activas, estimulando el consumo de energía.
Sin embargo, como resultado de experiencias previas, se descubrió que aumentar la cantidad de tejido adiposo pardo en el cuerpo puede ser efectivo en la lucha contra la obesidad y prevenir enfermedades metabólicas, incluyendo diabetes tipo 2 y dislipidemia. Además, se indicó que el BAT es un tejido endocrino activo, es decir, secreta hormonas que activan el metabolismo de las grasas y los carbohidratos.
Con base en las observaciones, se encontró que el efecto más fuerte de activación del tejido adiposo pardo se logra a través de la suplementación con la dieta de ácido EPA perteneciente a la familia omega-3, y no una mezcla de estos ácidos. Se extrajeron conclusiones similares del análisis in vitro del pardeamiento del tejido adiposo.
Los autores del estudio publicado en "Nature Communications" sugieren que los resultados de su experimento y la identificación de los mecanismos moleculares de activación del tejido adiposo pardo por los ácidos grasos omega-3 explican la importancia de estas grasas para la salud . Además, estos datos podrían utilizarse para desarrollar nuevas terapias para el tratamiento de la obesidad y enfermedades metabólicas relacionadas.
1. Pahlavani M. et al., El ácido eicosapentaenoico regula el metabolismo del tejido adiposo pardo en ratones alimentados con alto contenido de grasa y en adipocitos pardos clonales, The Journal of Nutritional Biochemistry, 2022, 1 (39), 101-109, doi: http: // dx.doi.org/10.1016/j.jnutbio.2016.08.012
2. Quesanda-Lopez T. et al., El sensor de lípidos GPR120 promueve la activación de la grasa parda y la liberación de FGF21 de los adipocitos, Nature Communications, 2016, 7: 13479, doi: 10.1038 / ncomms13479