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La encefalopatía hepática es un trastorno neurológico que ocurre como resultado de una disfunción hepática. La causa de este problema es el efecto nocivo de una cantidad excesiva de toxinas en la sangre sobre el tejido nervioso. El curso de la encefalopatía hepática varía: en los casos más graves, la enfermedad conduce al coma, pero antes se manifiesta como deterioro cognitivo y cambios de personalidad.

La encefalopatía hepáticapuede ocurrir cuando el hígado no puede funcionar correctamente. El hígado es un órgano especial. Sus funciones incluyen limpiando la sangre de toxinas, regulando la gestión metabólica o la síntesis de varias proteínas (por ejemplo, factores de coagulación). La disfunción hepática produce síntomas que afectan varios sistemas del cuerpo. Un sistema en el que pueden ocurrir alteraciones es el sistema nervioso, cuando el hígado no puede funcionar correctamente, varias sustancias tóxicas pueden acumularse en la sangre. Ejemplos son amoníaco, fenoles, mercaptanos y ácidos grasos. El importe de los denominados falsos neurotransmisores como la octopamina. Si las sustancias mencionadas no se eliminan del cuerpo, tienen un efecto tóxico en varios tejidos. Uno de ellos es el tejido nervioso: los trastornos emergentes se denominan encefalopatía hepática.

Encefalopatía hepática: tipos

Hay dos formas principales de encefalopatía hepática. La primera es la forma mínima, en el curso de la cual las variaciones en los pacientes son tan pequeñas que solo pueden detectarse con la ayuda de pruebas psicométricas especializadas. Por otro lado, la encefalopatía hepática manifiesta es mucho más rica en síntomas, con sus formas episódica y permanente.

Encefalopatía hepática: causas

La encefalopatía hepática es más común en pacientes que han tenido alguna disfunción hepática durante mucho tiempo. Estos pueden ser causados ​​tanto por la hepatitis como por el síndrome de Reye o la cirrosis. En el curso de estas enfermedades, puede haber una forma permanente de encefalopatía hepática (es decir, la que tiene síntomasgeneralmente constantemente) o episódica (de esta forma, los síntomas de la encefalopatía aparecen de vez en cuando).

Hay una serie de factores que pueden desencadenar un episodio de encefalopatía hepática en un paciente con insuficiencia hepática crónica. Ejemplos de tales factores incluyen:

  • deshidratación
  • estreñimiento
  • infecciones (por ejemplo, neumonía)
  • sangrado gastrointestinal
  • disfunción renal
  • abuso de alcohol
  • hipoxia
  • estado después de la cirugía de algún órgano
  • experiencia traumática
  • comer demasiada proteína
  • tomar medicamentos que deprimen el sistema nervioso (p. ej., benzodiazepinas)
  • trastornos electrolíticos (por ejemplo, hipopotasemia, es decir, niveles demasiado bajos de potasio en la sangre)

Encefalopatía hepática: síntomas

El curso clínico de la encefalopatía hepática puede ser muy variable. Algunos pacientes pueden desarrollar una enfermedad en toda regla, mientras que en otros los síntomas son inicialmente escasos y empeoran gradualmente. A veces, la encefalopatía hepática comienza con cambios en la personalidad y el comportamiento de los pacientes; la familia puede incluso afirmar que el paciente ha cambiado más allá del reconocimiento. El paciente puede volverse extremadamente irritable, pero también caer en una euforia extrema, su comportamiento puede ser completamente inadecuado para la situación dada. Los síntomas de la encefalopatía hepática incluyen:

  • ralentizar tu pensamiento
  • cambios de personalidad
  • deterioro de la memoria
  • problemas de concentración
  • trastornos del habla en forma de disartria
  • alteración del sueño
  • temblores de manos gruesos y ondulados
  • trastornos del estado de ánimo
  • olor característico a humedad en la boca (conocido comofoetor hepaticus )

Estas dolencias no ocurren en todos los pacientes con encefalopatía hepática. La gravedad del trastorno depende tanto del grado de insuficiencia hepática como del tiempo de exposición del tejido nervioso a los metabolitos tóxicos. La clasificación clínica distingue cinco grados de encefalopatía hepática. En esta clasificación se valoran: el estado de conciencia del paciente, sus funciones intelectuales y su conducta, así como posibles trastornos neurológicos Grado 0, no existen trastornos en ninguna de las categorías mencionadas. En la etapa 1, se presenta una ligera somnolencia y alteración de la atención y la concentración, los pacientes se vuelven irritables y desarrollan leves temblores musculares. Los grados posteriores se reconocen cuando los síntomas empeoran.encefalopatía hepática, por ejemplo, en la etapa 2, los pacientes pierden además su orientación en el tiempo, y en la etapa 3 hay, entre otros, delirios y síntomas de demencia. El grado 4 es el más grave con coma hepático.

Encefalopatía hepática: diagnóstico

En el diagnóstico de la encefalopatía hepática, la historia clínica y las pruebas de laboratorio son de suma importancia. La mera combinación de síntomas de encefalopatía hepática junto con la obtención de información de que el paciente tiene una enfermedad hepática crónica puede permitir al médico hacer un diagnóstico. Las pruebas de laboratorio que se pueden realizar en el diagnóstico de encefalopatía hepática incluyen los siguientes signos:

  • concentración de amoníaco en sangre (el estándar de amoníaco en sangre es 15-45 micromol/litro)
  • enzimas hepáticas
  • concentraciones de electrolitos (principalmente sodio y potasio)

Los pacientes también pueden someterse a una electroencefalografía (EEG) porque la encefalopatía hepática desarrolla anomalías en el EEG (p. ej., descargas paroxísticas y ondas trifásicas). Para evaluar la gravedad de la encefalopatía hepática, se puede calificar al paciente en la escala CHESS. Esta evaluación es relativamente sencilla, ya que consiste en responder 9 preguntas. Ejemplos de ellos son: ¿sabe el paciente qué día de la semana es? ¿Puede hablar? ¿Puede el paciente (a petición del examinador) levantar los brazos? Por cada pregunta se otorga 0 o 1 punto. Una puntuación de cero corresponde a ausencia de encefalopatía, mientras que una puntuación de nueve sugiere encefalopatía hepática grave.Otras pruebas realizadas en pacientes con sospecha de encefalopatía hepática tienen como objetivo excluir causas alternativas de los síntomas. Para este propósito, por ejemplo, se pueden realizar pruebas de glucosa en sangre (para excluir hipoglucemia) o pruebas de imagen (para excluir, por ejemplo, hemorragia subaracnoidea).

Encefalopatía hepática: tratamiento

El tratamiento de un paciente con encefalopatía hepática depende de la forma de los trastornos. En el caso de la encefalopatía hepática episódica, en primer lugar, se debe buscar el factor que podría provocar los síntomas (por ejemplo, una infección) y, tras su detección, esforzarse por eliminarlo. Los pacientes deben ser alimentados por vía enteral durante 24 a 48 horas, deben utilizar mezclas nutricionales con un aporte limitado de proteínas (este nutriente es la fuente del amoníaco tóxico). Entre los preparados farmacológicos se utilizan: lactulosa (laxante que aceleraeliminación de toxinas del cuerpo) y antibióticos (por ejemplo, rifaximina o neomicina, su administración tiene como objetivo eliminar las bacterias que producen amoníaco del tracto gastrointestinal). El aspartato de ornitina (el fármaco acelera la eliminación del amoníaco del organismo) también es útil en el tratamiento de la encefalopatía hepática.En caso de encefalopatía hepática persistente, se utilizan los fármacos mencionados de forma crónica (lactulosa, aspartato de ornitina y antibióticos). También se aconseja a los pacientes que limiten constantemente la cantidad de proteína en su dieta a 1-1,5 g/kg de peso corporal por día.

Encefalopatía hepática: pronóstico y prevención

Un mejor pronóstico es para aquellos pacientes que desarrollan encefalopatía hepática lentamente. La implementación temprana de medidas terapéuticas reduce el riesgo de que los síntomas del paciente empeoren, y en pacientes con enfermedad hepática crónica, pueden reducir el riesgo de encefalopatía hepática siguiendo varias recomendaciones. Estas personas deben tener cuidado con las evacuaciones intestinales regulares y evitar el alcohol. En caso de aparición de síntomas de otras enfermedades (por ejemplo, fiebre, que puede sugerir el desarrollo de una infección), los pacientes deben consultar a un médico lo antes posible para iniciar el tratamiento de inmediato. Para reducir el riesgo de encefalopatía hepática, también se deben seguir los consejos sobre la restricción de proteínas en la dieta En pacientes con riesgo de encefalopatía hepática, todos los medicamentos deben administrarse solo cuando sea necesario. Los pacientes deben recibir diuréticos con especial precaución (pueden provocar una caída en los niveles de potasio en sangre, lo que puede desencadenar una encefalopatía hepática) y medicamentos que deprimen el sistema nervioso.

Sobre el AutorInclinarse. Tomasz NęckiGraduado de la facultad de medicina de la Universidad de Medicina de Poznań. Un admirador del mar polaco (que pasea de buena gana por sus orillas con auriculares en las orejas), los gatos y los libros. Al trabajar con pacientes, se enfoca en escucharlos siempre y dedicar todo el tiempo que necesitan.

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