- La terapia es más que una conversación
- La adicción causa otros problemas. El diagnóstico puede sorprenderte
- DDA, DDD, miedos, hipocondría, estrés excesivo: la psicoterapia ayudará
¿Vale la pena ir a terapia? Cuando el mundo empieza a colapsar, te sientes mal, no puedes con tus problemas, acude a un psicólogo. Los problemas no se resolverán solos. Hablar con alguien que ha estudiado la naturaleza humana durante muchos años puede ayudarte a tomar el control de tu propia vida.
La mayoría de las veces elegimos la psicoterapia cuando nuestro estado mental interfiere con nuestro funcionamiento normal. El apoyo de familiares y amigos es importante, pero no siempre suficiente. Cometemos los mismos errores, nos f alta la alegría de vivir, la satisfacción con nosotros mismos o las relaciones con los demás, nos sentimos solos, no comprendidos, sentimos miedo sin motivo aparente, a veces perdemos el sentido de la existencia.
La terapia es más que una conversación
Un amigo escuchará los problemas, dirá una buena palabra, nos hará sentir mejor por un momento. La psicoterapia implica no solo escuchar y brindar apoyo, sino también llegar a las emociones a menudo inconscientes que causan malestar mental y/o estados psicosomáticos (dolencias físicas causadas por un estado mental, como dolor de cabeza, dolor abdominal, latidos cardíacos más rápidos) y resolver el problema.
Esto solo es posible si comprendemos los mecanismos que nos guían. Gracias a los conocimientos y herramientas adecuadas, un psicólogo ayuda a poner orden en los pensamientos, los sentimientos y la vida. Una buena psicoterapia cura la depresión, la ansiedad excesiva, la timidez, las dificultades en las relaciones con las personas. Ayuda a comprenderse mejor a uno mismo y desenvolverse en entornos cercanos y lejanos, establecer relaciones con las personas y resolver conflictos. Te permite gestionar conscientemente tu destino.
La adicción causa otros problemas. El diagnóstico puede sorprenderte
A veces el paciente se va después de hablar con alguien diferente al que entró. “Mi problema es el alcohol, pero bebo porque en casa no se lleva bien. Una vez que se acaben mis problemas familiares, dejaré de beber". No es así. La adicción debe ser tratada primero, y luego los problemas maritales deben ser tratados. Entonces, si un psicólogo sospecha que un paciente es adicto al alcohol, lo deriva a un terapeuta de adicciones, donde primero diagnostica si se trata de una adicción y en qué medida el paciente es adicto. El tratamiento de la adicción a las drogas comienza con un largo proceso médico (desintoxicación, abstinencia de alcohol), luego se inicia la psicoterapia. Al principio, el terapeuta concluye un contrato con el paciente de no beber. El alcohol suprime la conciencia ymientras alguien no se ocupe de ello, existe el riesgo de que beba durante la terapia, y entonces la terapia no tiene sentido.
El juego, la adicción a la computadora y las compras no cambian la conciencia, pero la terapia también comienza con la superación de la adicción, luego se resuelven otros problemas.
Cuando viene una pareja en la que una persona tiene el Síndrome Alcohólico del Niño Adulto (ACA), a veces se realizan dos tratamientos simultáneamente: en parejas y por separado para la persona con ACoA. Si un psicólogo sospecha un trastorno de la personalidad, una neurosis profunda o una depresión profunda, lo derivará a un psiquiatra. En tales casos, la psicoterapia se apoya en la farmacoterapia.
DDA, DDD, miedos, hipocondría, estrés excesivo: la psicoterapia ayudará
Algunas personas son excelentes en el trabajo, pero no saben cómo organizar su vida privada. Han estado en varias relaciones y cada vez terminaron en una ruptura, ya que tienen miedo de construir una familia y las consecuencias de ello. Después de hablar con un psicólogo, descubren cuál es la raíz del problema. Puede resultar que, por ejemplo, el culpable sea el síndrome DDD (un hijo adulto que abandona un hogar disfuncional, donde no hay alcohol, pero sí violencia física o psicológica).
La terapia les ayuda a tomar conciencia de los pensamientos que activan los mecanismos de defensa. Alguien que experimenta un ataque de pánico (disnea, mareos) en el autobús recibe terapia cognitivo-conductual, que consiste en eliminar las alteraciones en el pensamiento y gradualmente acercar los síntomas al alivio mediante el cambio de comportamiento. Además de la conversación, se introducen varios ejercicios.
Cuando alguien tiene miedo a las alturas, primero sube la escalera hasta que puede soportarla, luego más arriba. El terapeuta explica los mecanismos de los hábitos incorrectos y propone procedimientos terapéuticos. En el caso de un hipocondríaco, hablar con un psicoterapeuta ayuda a redefinir y dejar de lado el pensamiento "enfermo". Alguien no puede descansar el fin de semana porque piensa persistentemente que tiene que volver a trabajar el lunes. Luego, junto con el terapeuta, tratan de encontrar la razón por la que no controlan el estrés y tratan de trabajar con el pensamiento que impulsa este estrés. Si resulta que la culpa es de la f alta de asertividad, el entrenamiento en relajación y el trabajo en la asertividad ayudan.
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