- 5 pasos para aplicar el minimalismo
- El estilo de vida minimalista no se trata de ahorrar
- El minimalismo es eco
El minimalismo a veces se considera una peculiaridad inofensiva. Sin embargo, vivir de acuerdo con una filosofía minimalista puede resolver problemas con los que muchas personas luchan: exceso de cosas, f alta permanente de tiempo y… dinero. Pruébalo y tu vida puede volverse más fácil.
Minimalismoes el camino a la libertad a través de la renuncia consciente a lo que nos limita en la vida material. También puede ser un medio para un fin, por ejemplo, hacer realidad los sueños de un largo viaje. El minimalismo no se trata de ascetismo, sino de un mejor uso del tiempo, la alegría de vivir, el placer de estar en comunión con las mejores cosas, no cualquier cosa que solo queremos usar.
5 pasos para aplicar el minimalismo
1. PIENSA LO QUE NECESITAS
No se trata de tener cien cosas (o cualquier otro número predeterminado), se trata de cambiar tu actitud hacia las cosas. Seleccionar las cosas que te dejas a ti mismo es una excelente manera de conocerte mejor y como un ejercicio de desarrollo personal.
A menudo tratamos de adaptarnos a nuestro entorno y adoptar hábitos, estilos de vida, prioridades o formas de pasar el tiempo libre de otras personas. El deseo de ser aceptados nos hace tomar decisiones influidas por la familia, los amigos o los medios de comunicación. Al final, olvidamos quiénes somos, qué es importante para nosotros, qué nos gusta. Por eso, en lugar de preguntarse qué eliminar, elija lo necesario, lo favorito, lo útil. No te sientas culpable por tirar algo que era caro o por recibirlo como regalo.
Si tienes ropa que te gusta en la tienda, pero nunca te la pones, piensa por qué. Tal vez resultó, por ejemplo, que te sientes mal con las blusas y definitivamente prefieres las camisetas. Así que esta ropa cumplió su función, porque gracias a ella descubriste en qué te sientes realmente bien. Comprarlos puede haber sido un error, pero ¿no lo es aún más quedárselos?
2. COMENZAR
Es necesario quitar todas las prendas de un tipo (blusas, cuencos, bolígrafos, etc.) y decidir cuáles dejar y cuáles quitar. Puede parecer una molestia, porque bastaría con mirar en un cajón y sacar lo innecesario. Peroen lugar de esta solución, es mejor sacar todo y elegir no lo que tiras, sino lo que dejas. Así reflexionarás sobre cada cosa ya que va a ser un esfuerzo volver a poner cada elemento, no sacarlo.
Organice las cosas no por lugares, sino por categorías de cosas, incluso si están en habitaciones diferentes. Esto le permite ver cuántos zapatos, cinturones, jarrones o tazas tiene realmente, incluso si los guarda en diferentes lugares de su hogar. De esta forma, obtendrá una imagen precisa de cuántos artículos tiene exactamente en una categoría determinada, y le resultará mucho más fácil eliminar el exceso real.
3. DEJA LO ÚTIL Y HERMOSO
Hay varias formas de elegir. Uno de ellos es muy simple: solo dejas atrás lo que te hace feliz. La ropa que te gusta ponerte, tus libros favoritos, los platos más bonitos. Dejas lo que evoca sentimientos positivos en ti, y esas cosas que evocan aburrimiento, culpa, ira, las tiras.
No mires atrás a la moda ni a las listas de prendas preparadas con entusiasmo por expertos que toda mujer debe tener en su guardarropa. Deja solo lo que es útil y hermoso. No se trata de la utilidad potencial ("No lo necesito ahora, pero podría ser útil algún día"), sino de lo que realmente usa. Sin embargo, no dejes las cosas que alcanzas solo para consumir, "reportar", sino las que usas con placer.
Otros métodos requieren el uso de su imaginación. Puedes tratar tu armario como una tienda de ropa: ¿qué volverías a comprar? O imagina que emprendes un viaje muy largo: ¿qué te llevarás y qué dejarás? Si puede prescindir de esto durante tres meses, ¿tal vez no sea necesario en absoluto? Muchos elementos se pueden reducir al número mágico "1". Entonces: deja el uno, el mejor. Esto puede ser para perfumes, cosméticos de colores individuales, joyas, bolsos. Limpiar… con ira puede ser una manera sorprendentemente buena. Entonces los objetos pierden su significado, y es más fácil deshacerse de esas cosas de las que no estaba seguro, que guardaba por sentimiento o culpa. Además, es una excelente manera de aliviar la tensión y calmarse.
4. SI NO LIMITA SUS COMPRAS, EL PROBLEMA VOLVERÁ
Deshacerse del exceso de elementos almacenados es un paso importante para liberar espacio a su alrededor, pero la multitud de elementos se convierte rápidamente si lo permitimos. Para evitar que esto suceda, debe trabajar en su enfoque de compra. ¿Cómo hacerlo? Evita la tentación, nunca compres por impulso, siempre tómate el tiempo para hacerloreflexión, análisis de todos los pros y los contras. Evite todos los dispositivos gratuitos. Aplica el principio: una cosa viene, una cosa va (o incluso más, por ejemplo, cuando compras un robot multifuncional, te deshaces de algunos electrodomésticos de cocina).
5. NO FORZAR NADA
El minimalismo es una herramienta para hacer la vida más fácil. No se trata de luchar por un ideal, se trata de simplificar tu vida para dejar espacio a lo que te gusta hacer. Cuando causa inconvenientes y problemas, se convierte en arte por el arte. No te desanimes con esta idea si, por ejemplo, te gusta coleccionar algo y por ello te parece que el minimalismo está completamente mal para ti. No tienes que ser un minimalista para usar el minimalismo. Puede usar esta herramienta para organizar en casa, en un armario o en las relaciones, pero no es necesario que se identifique completamente con ella.
Mientras perseguimos las cosas, olvidamos que ellas no determinan nuestro valor. Incluso si disfruta obtener el artículo deseado por un tiempo, es una alegría de corta duración. Un nuevo "must have" aparecerá en un momento. Y las cosas dejan de disfrutarse rápidamente y nos quedamos con una montaña de artículos no deseados y… una cuenta vacía.
Deshacerse del exceso agotador y dejar atrás las cosas que realmente necesitamos te libera y te permite concentrarte en lo importante. Vale la pena considerar si tenemos cosas o si las cosas nos tienen a nosotros. Esta pregunta es sólo aparentemente inútil. Pero a menudo las cosas toman nuestro tiempo y limitan nuestras opciones. Pasamos tiempo ganándolo, observándolo, averiguando qué comprar y cuándo lo obtenemos: repararlo, darle servicio, limpiarlo, cuidarlo. Nos preocupa que los artículos valiosos no se dañen, se pierdan o sean robados.
Todo lleva tiempo, que podría dedicarse a algo mucho más agradable: jugar con el niño, pasatiempos, adquirir conocimientos, actividad física. Las cosas pueden ser limitantes cuando renunciamos a algo, por ejemplo, mudarnos a otra ciudad o país (porque cómo transportarlo todo). Una persona que no está agobiada por las cosas gana disposición para el cambio y hace un mejor uso de las oportunidades y oportunidades emergentes. Simplemente está disfrutando de la vida más plenamente. El minimalismo no se trata de ascetismo en absoluto, sino de un mejor uso del tiempo, la alegría de vivir, el placer de estar en comunión con las mejores cosas, no cualquier cosa que solo queremos usar.
El estilo de vida minimalista no se trata de ahorrar
En la superficie, el minimalismo puede parecer solo frugalidad, solo en un nuevo cambio de moda. Sin embargo, aquí hay una diferencia fundamental. El ahorro sigue centrándose enen el lado material de la vida, sólo en lugar de acumular objetos acumulamos dinero. En lugar de objetos que juegan el papel principal en el estilo de vida del consumidor, los recursos materiales son los más importantes para ahorrar, no nuestras necesidades y preferencias. El minimalismo no excluye el ahorro, pero solo si es un medio para un fin: reducir el tiempo dedicado al trabajo o hacer realidad sueños, como un viaje o un curso de idiomas.
El minimalismo es eco
Reducir el consumo es el aspecto más importante de las 3R (reducir, reutilizar, reciclar). Cuanto menos compramos, menos tenemos que reciclar o pensar en cómo darle una segunda vida a los artículos. Comprar menos significa que los recursos no se utilizan para la producción y que no se contamina el medio ambiente.
Es importante prestar atención a su longevidad al comprar un artículo nuevo. Si se gasta rápido, se gasta o se aburre, lo tirarás, aumentando la cantidad de residuos. Por eso, a la hora de comprar elige prendas atemporales, de buena calidad, cómodas y prácticas que te gusten al 100%.