De acuerdo con las recomendaciones de Polish Gynecological Goods, las mujeres embarazadas deben beber al menos 3 litros de agua al día. Esta es la única forma de eliminar las molestias desagradables relacionadas con el embarazo, como las náuseas y los vómitos matutinos, el estreñimiento, la piel seca o las infecciones del tracto urinario. Durante la lactancia, el requerimiento diario de agua aumenta hasta en 650-800 ml y asciende a 3,8 litros. Se recomienda especialmente el agua de manantial de baja mineralización

El agua es la principal fuente de hidratación del cuerpo para mantener una buena salud para la madre y el feto. -El comienzo de nuestra vida tiene lugar en un medio acuático. El feto se desarrolla en el agua. Para él, el agua es como el aire para nosotros, sin agua buena no habrá un desarrollo adecuado- enfatiza el prof. dr hab. Med. Romuald Dębski del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Centro Médico de Educación de Postgrado en Varsovia, experto de la Sociedad Polaca de Ginecología. La recomendación de la Sociedad Ginecológica Polaca es la primera declaración oficial emitida por expertos reconocidos, que disipa las dudas que surgen con frecuencia sobre el tipo de agua más adecuada para las mujeres embarazadas y lactantes.

Agua de manantial perfecta

Según la opinión de los expertos, el agua de manantial debe ser poco mineralizada (la suma de minerales no supera los 500 mg/litro), rica en iones de magnesio (efecto cardioprotector) y calcio (prevención de la osteopenia/osteoporosis) y estar caracterizado por un bajo contenido de iones de sodio (profilaxis de la hipertensión). Dicha agua es, entre otras, recomendada por el Instituto de la Madre y el Niño en la nutrición de bebés, niños y mujeres durante el embarazo y la lactancia, agua Żywiec Zdrój

Durante el embarazo, se recomienda limitar el aporte de iones de sodio en la dieta como forma de prevención y tratamiento de la hipertensión, especialmente en una dieta estándar, la cantidad recomendada de sodio, cuya fuente básica es sal de mesa, suele ser el doble de alta. Por lo tanto, su consumo debe ser estrictamente controlado. Además, un alto contenido de sodio en la dieta aumenta la excreción de calcio en la orina. Las aguas con un alto contenido en calcio y magnesio suelen ser aguas con una alta concentración de iones de sodio, por lo que se debe consumir con precaución durante el embarazo y se debe limitar su cantidad. Aguas altamente mineralizadas (sumade minerales supera los 1500 mg/litro) contienen ingredientes que no son indiferentes para la salud y por lo tanto deben consumirse con precaución durante el embarazo, y su suministro diario debe ser limitado.

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