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La ira es una emoción que se asocia a una gran agitación y es una reacción, entre otras, a traspasar la línea personal, amenaza a las necesidades o fracaso. No es una emoción buena o mala, definitivamente es necesario poder hablar de equilibrio emocional. ¡Descubre qué es la ira y cómo lidiar con ella!

Iraesemociónque muestra que algo no es bueno para nosotros, amenaza nuestro bienestar y moviliza la fuerza para enfrentarlo la situación desfavorable. Ignorar las propias emociones o controlarlas, entendido como reprimirlas, a menudo se percibe como una habilidad valiosa. Sin embargo, fingir no sentir nada no tiene nada que ver con la satisfacción con la vida y el desarrollo personal: la ira es una de las emociones básicas con las que la naturaleza nos ha dotado. Como la alegría o la tristeza, es una reacción intensa y más bien efímera ante un estímulo específico. Se activa sin pensar: pasa por alto la "parte racional del cerebro" y va directamente hacia la reacción en el cuerpo.

Es importante recordar que la ira no es lo mismo que la agresión, y poder demostrarlo y experimentarlo es tan importante como sentir el resto de tus emociones. Cuanta gente y cuantos desencadenantes, tantos grados de intensidad de la ira. Independientemente de que experimentemos una leve irritación, frustración, ira o incluso odio, cada uno de estos estados está sujeto a las mismas leyes que las demás emociones, es decir, surge como resultado de una reacción a un estímulo, escala a su máxima magnitud y cae en el silencio

Cabe recordar que la posibilidad de experimentar las llamadas emociones "negativas" es un elemento necesario de la estructura mental humana.

¿Cómo expresamos la ira?

La mayoría de las veces, la ira se expresa de tres maneras:

  • agresivamente- reacciones relacionadas con un ataque, por ejemplo, físico o verbal, que en consecuencia excede los límites de otras personas;
  • pasivamente- reacciones que implican supresión, un intento de ignorar las emociones; suelen estar asociados a un sentimiento de gran malestar, pero no llevan a tomar acciones para cambiar la situación existente;
  • asertivamente- la reacción suele ser la más efectiva entre las enumeradas, pero a menudo requiere entrenamiento adicional, que consiste en expresar la ira, referirse a sus necesidades y emociones con respecto al destinatario ysin violar sus límites.

La ira, según las normas culturales, la edad o los estándares del hogar familiar, se acepta socialmente en diferente medida. Es por eso que a menudo tenemos dificultades para mostrarlo. Los niños pequeños a menudo escuchan, por ejemplo, "¡No te enojes! ¡Sé cortés!" cuando reciben una señal de que no es deseable mostrar insatisfacción o enojo. Y así aprendemos a suprimir la ira o, por el contrario, no retenemos en absoluto el afecto asociado con la ira, "explotando" fuera de control por razones objetivamente triviales, perturbando el delicado equilibrio emocional. La incapacidad para experimentar y mostrar la ira afecta negativamente a muchas áreas de la vida, perturbando el bienestar psicofísico. Con el tiempo, perdemos la capacidad de leer lo que sentimos, y esto se vuelve destructivo, provocando negación o agresión. Paradójicamente, al protegernos de las emociones no deseadas, las ayudamos a dominar nuestras vidas. Es el desequilibrio emocional el que provoca tensiones, complicando las relaciones sociales o provocando enfermedades psicosomáticas.

¿Para qué sirve la ira?

La ira es una respuesta natural a una sensación de amenaza. Es la ira en una crisis lo que nos da fuerza y ​​nos motiva a luchar o huir. Un episodio intenso de ira sin duda está asociado a un gasto energético elevado, ya que activa mecanismos en el organismo que están para salvarnos la vida a nivel biológico. A menudo, después de un intenso episodio de ira, se siente fatiga tanto a nivel físico como mental, pero también se acompaña de una sensación de alivio o "limpieza".

La ira suele ser una señal de que alguien ha superado nuestro límite , suele asociarse a un sentimiento de injusticia o al incumplimiento de una regla previamente acordada. La ira tiende a surgir cuando nos encontramos con un obstáculo en el camino de lograr algo que es importante para nosotros. Por eso, al pensar en la ira, los animo a mirar los valores en los que creemos y cuáles de ellos, cuando se violan, provocan esta ira. Entre otras cosas, protege nuestras necesidades y deseos cuando se ven amenazados por factores externos o por nosotros mismos.

La ira es un estado natural, y hablar de ella y mostrarla es una habilidad valiosa . A través de la socialización, aprendemos a reprimir las emociones, incluida la ira, pensando que esta es una forma de controlarlas. A la larga, resulta que controlar o influir en el estado emocional solo es posible cuando reconocemos las emociones, somos capaces de identificarlas y expresarlas de manera adecuada. Sin embargo, cuando vemos que la ira es inadecuada a la situación, no nos sirve y vale la pena trabajar en nuestras relaciones.en ella.

Tanto la supresión como los arrebatos incontrolados de emociones desestabilizan nuestro estado psicofísico

La ira es una fuente de información valiosa sobre nosotros mismosCuándo, qué y en qué medida nos enfadamos dice mucho sobre nuestras necesidades, expectativas, sentido de agencia y autoestima aceptación. Esta emoción puede ser una señal de alerta sobre una amenaza, inseguridad o cruzar nuestras fronteras. Ser capaz de leer los primeros signos de ira facilita la identificación de lo que está de acuerdo y lo que está en línea con sus valores. Su causa suele estar relacionada con sentimientos de dolor, decepción, miedo. Vale la pena recordar que no importa hasta qué punto podamos lidiar con nuestra ira hoy, es nuestra decisión qué haremos con ella y qué conclusiones sacaremos de lo que dice sobre nosotros. Puede ser útil responder a la pregunta de qué pensamientos aparecen con más frecuencia en tu cabeza: "Tú, él, ella, esto me enoja" o "Estoy enojado". Debemos recordar que aunque el estímulo que provoca las emociones sea externo, la emoción es nuestra y depende de nosotros lo que haremos con ella. Los mecanismos que evolutivamente se suponía que sustentaban la supervivencia humana no siempre son adecuados para el mundo actual, por lo que vale la pena utilizar los conocimientos actuales para poder cuidar el equilibrio emocional.

Vale la pena saberlo

¿Cómo reacciona el cuerpo ante la ira?

El cuerpo humano puede reaccionar de una manera específica cuando se siente enojado. Aparecen:

  • respiración rápida;
  • opresión en la garganta;
  • latido del corazón acelerado;
  • tensión muscular intensa que puede provocar temblores en el cuerpo;
  • mayor sensibilidad a los estímulos;
  • vigilancia y tendencia a buscar señales de una amenaza potencial;
  • reacción del tracto digestivo, por ejemplo, una sensación de presión en el estómago;
  • una actitud que demuestra que estás listo para luchar o huir.

¿Qué hacer cuando la ira se vuelve destructiva?

La aparición de emociones es bastante irreflexiva. Sin embargo, si se toman medidas para ayudar al cuerpo a descargar su energía y/o calmar el cuerpo y la mente, puede encontrar una forma constructiva de calmar su ira. Cuando notas que la ira comienza a desestabilizar tu vida o comienza a acercarse a un comportamiento agresivo, vale la pena usar varias técnicas:

1. Tome medidaspara ayudar a aliviar la tensión emocional asociada con la ira. Pruebe diferentes tipos de actividad física y busque la actividad que funcione mejor para usted. Cultivo habitualel deporte, pero también actividades como la jardinería ayudan a reducir la tensión, facilitando la expresión consciente de la ira y minimizando el riesgo de un arrebato excesivo. La actividad física también tiene la ventaja de que cuando se usa ad hoc en una situación que es difícil de controlar o de ira inadecuada, también aumenta la posibilidad de usar un comportamiento que no exceda los límites de otra persona. Sin embargo, si solemos tener dificultades para mostrar nuestro enojo, vale la pena probar formas seguras de expresarlo para que puedas experimentarlo libremente. Puede ser útil encontrar un lugar donde pueda gritar o llorar libremente

Las formas simples, como romper un periódico o escribir una carta sobre lo que nos enoja y por qué, pueden ser un preludio para aprender y dominar la irritación o la ira.

2. Trate de calmarseSiempre que sea posible, vale la pena reducir el ritmo de su vida y examinar su ira. El punto no es suprimirlo o fingir que no está ahí, sino sentirlo conscientemente. Te animo a que pruebes una técnica simple: acuéstate o siéntate cómodamente, endereza tu respiración y observa qué le sucede a tu cuerpo, dónde exactamente te sientes enojado. Verifique si su corazón late más rápido y si hay presión o dolor en algún lugar. Deje que este conocimiento le ayude a identificar su ira. Esto puede ser útil, especialmente en situaciones en las que tiene problemas para nombrar lo que siente o distinguir sus propias emociones.

3. Pruebe técnicas de relajación . Si su problema es la expresión excesiva e inadecuada de la ira, pruebe técnicas de relajación que reduzcan periódicamente la tensión emocional. Hay muchas posibilidades: ejercicios de respiración, entrenamiento autógeno, que consiste en tensar una a una todas las partes de los músculos, técnicas de meditación o mindfulness. Hay mucho acceso a literatura y talleres que enseñan técnicas de relajación y todos tienen la oportunidad de encontrar algo por sí mismos.

4. Trabaje en la comunicaciónSer capaz de hablar sobre sus emociones, necesidades y expectativas aumenta las posibilidades de sentirse enojado a sabiendas y no escalar situaciones que podrían representar una amenaza o sobrepasar sus límites. Puedes trabajar la forma de comunicarte con el entorno durante talleres, capacitaciones interpersonales, pero también en terapia. Independientemente del método que sea adecuado para sus necesidades, vale la pena tomarse un momento para observar sus propios hábitos de comunicación.

5. Participación en grupos de desarrollo personal, grupos de apoyoDurante este tipo de clases, puedes desarrollar nuevas estrategias de forma segura bajo la supervisión de un especialista,ampliar la percepción de la esfera de sus emociones e intercambiar experiencias con otros participantes.

6. Entrenamiento de reemplazo de agresiónEsta es una oferta para personas en quienes la expresión de ira resulta en un comportamiento agresivo. Este método fortalece la capacidad de controlar la propia impulsividad y desarrolla un comportamiento prosocial. Se utiliza desde la década de 1970 y su efecto es corregir el comportamiento agresivo.

7. PsicoterapiaCuando los intentos independientes de trabajar con tu ira no dan los resultados esperados, vale la pena considerar una forma más profunda de trabajar contigo mismo, es decir, la terapia. A menudo, las dificultades en el área de las emociones, incluida la ira, se resuelven en un consultorio de terapia. El trabajo regular con un terapeuta, descubriendo y confrontando las causas de los problemas emocionales puede mejorar el funcionamiento emocional, las relaciones sociales y la calidad de la vida cotidiana.

Importante

Conoce tu ira

En momentos de calma, vale la pena analizar experiencias previas de ira. Sin embargo, es importante recordar que no se trata de insistir en posibles errores e injusticias, sino de comprender los mecanismos personales/individuales que gobiernan nuestra propia ira.

Al pensar en la experiencia consciente, vale la pena hacerse algunas preguntas:

  • ¿Qué me enfada? ¿Cuál es mi activador?
  • ¿En qué parte de mi cuerpo empiezo a sentirme enojado?
  • ¿Qué reacción en mi cuerpo podría convertirse en una señal de advertencia de ira inminente?
  • ¿Qué pensamientos y comportamientos están asociados con la ira?
  • ¿Con qué intensidad, en una escala del 1 al 10, suelo sentirme enojado?
  • ¿Cómo demuestra fácilmente su ira en una escala del 1 al 10?
  • Cuando me siento enojado, ¿quiero ocultarlo o, sin importar las consecuencias, lo muestro intensamente?
  • ¿Cuáles son las necesidades detrás de mi ira?
  • ¿Cómo afecta la ira a mi relación?

Lidiar con la ira es realmente la capacidad de identificarla en una situación específica, de nombrar sobre qué nos quiere advertir y por qué movilizarnos. Al poder leer la advertencia de la manera correcta, podemos tomar las medidas adecuadas para cambiar la situación desfavorable para nosotros.

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