Mantener un vínculo multigeneracional a menudo es imposible hoy en día. ¿Cómo enseñar a los niños a respetar la vejez y hacerles recordar a los abuelos y tías no solo en Navidad? ¿Quién debe ocupar el lugar más importante en la mesa de Pascua?
Semana Santaes una celebración familiar. Entonces surgen diferentes preguntas en la familia extensa. ¿Quién debe ocupar el lugar más importante en la mesa de Pascua? Por supuesto, pertenece a los miembros mayores de la familia. Son ellos quienes, por su edad, deben sentarse en la cabecera de la mesa. Desafortunadamente, vivimos en una época en la que el respeto por la vejez está desapareciendo.
Aprender a respetar la vejez
Este es un gran problema social y cultural del que apenas estamos empezando a darnos cuenta. La ruptura de una familia multigeneracional viviendo bajo un mismo techo significó que la vejez comenzó a desaparecer lentamente de nuestras vidas. Érase una vez, los niños tenían contacto diario con su abuela y su abuelo. Observaron cómo su apariencia y comportamiento cambiaban a lo largo de los años, cómo se volvían menos aptos y requerían más y más ayuda de otros miembros de la familia. Aprendieron paciencia y compasión por los enfermos, los débiles y los enfermos. La vejez vivía en la habitación de al lado, no en otra calle, en otra ciudad. Era parte de la vida familiar y merecía respeto. A la abuela le dieron un beso en la mano, la sirvieron, la escucharon atentamente lo que tenía que decir. E incluso si ya no tenía la voz decisiva para resolver asuntos importantes para la familia, todavía era respetada, se buscaban sus consejos y opiniones.
Habla con tus abuelos
Hoy vivimos separados en pequeñas familias. No interactuamos con abuelos, tías y tíos todos los días. Los visitamos de vez en cuando, los ayudamos cuando lo necesitan, los invitamos a Navidad. Pero muchas veces los tratamos un poco como un mal necesario, no los vemos como humanos, sino como un problema. Nos f alta paciencia y tiempo para una conversación tranquila, escuchando todos los pesares y dolores. Solo nos ocupamos de los asuntos domésticos de los ancianos y nos apresuramos a solucionar nuestros problemas. No notamos que además de ayudar con las compras y limpiar la casa, tienen hambre de contacto con su familia. Quieren recordar su juventud y nadie los escucha. Quieren saber qué hacen sus nietos, qué les apasiona, qué problemas tienen, pero nadie les habla de eso.hablando…
Quizá en 20-30 años la gente salga de las sombras, porque habrá más gente que jóvenes (en 2060, uno de cada tres habitantes de la UE tendrá 65 años o más), pero no espéralo Nuestros padres, parientes y vecinos que envejecen necesitan nuestra atención sincera hoy. Y nuestros hijos necesitan saber que la vejez merece respeto.
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