Un quiste óseo solitario pertenece a los llamados cambios óseos similares al cáncer. Aparece como un tumor lleno de líquido que se desarrolla dentro del hueso y puede ser asintomático durante muchos años y, con mayor frecuencia, se detecta por casualidad. ¿Cuáles son las causas y los síntomas de un quiste óseo solitario? ¿Cómo va el tratamiento?

Quiste óseo solitarioSe desarrolla con mayor frecuencia en niños y adultos jóvenes: el 80 por ciento de los pacientes tienen hasta 20 años y la incidencia máxima se estima entre 4 y 10 años de edad Se estima que ocurre de dos a tres veces más en el sexo masculino. Los adultos son menos frecuentemente afectados por la enfermedad.

¿Cómo se forma un quiste óseo solitario?

Existen varias teorías sobre la formación de un quiste óseo solitario, y hasta el momento no se ha establecido una causa clara. Uno de ellos puede ser procesos que ya tienen lugar en la vida intrauterina. Durante el desarrollo del feto, una pequeña cantidad de tejido sinovial puede ingresar al hueso y permanecer allí, formando un quiste. Dicho fluido también puede entrar en los huesos como resultado de un traumatismo o como resultado de un traumatismo debido a un flujo venoso anómalo en el hueso durante el rápido crecimiento. Otra causa pueden ser procesos de osificación anormales en un niño en crecimiento. Con el paso de los años, el quiste dentro del hueso crece y la presión en su interior sigue aumentando.

¿Dónde se localiza con mayor frecuencia un quiste óseo solitario?

El quiste óseo solitario se puede encontrar en varios lugares, pero los lugares típicos de aparición son la parte proximal del húmero, el fémur o la tibia. En menor medida, principalmente en adultos, puede estar afectado el hueso de la cadera, el talón o el tobillo.

Tipos de quiste óseo solitario

Hay dos tipos de quistes óseos solitarios. La forma activa se encuentra principalmente en niños menores de diez años. Se caracteriza por un crecimiento constante, puede involucrar toda la epífisis del hueso, lo que lleva a su fractura. La segunda forma, inactiva, es característica principalmente de pacientes mayores de doce años. Su crecimiento no es tan agresivo, a veces cicatriza espontáneamente y rara vez da lugar a fracturas.

Quiste óseo solitario: ¿cuáles son los síntomas?

Un quiste óseo solitario es una lesión osteolítica. Es decir, a medida que crece.destruye el tejido óseo circundante. La enfermedad suele ser asintomática. Algunas personas pueden experimentar dolor, hinchazón o rigidez en las articulaciones circundantes. Sin embargo, la mayoría de las veces, un quiste óseo solitario se detecta accidentalmente, como resultado de fracturas patológicas que hacen que crezca durante muchos años. Las fracturas patológicas son aquellas que se producen como consecuencia de un traumatismo menor. En condiciones fisiológicas, una lesión de este tipo no provocaría daño óseo, pero los cambios osteolíticos hacen que el tejido se debilite tanto que incluso las sobrecargas menores conducen a su fractura.

¿Cómo se diagnostica un quiste óseo solitario?

Debido a que la enfermedad es asintomática durante muchos años, el diagnóstico suele comenzar cuando se produce una fractura patológica. Muy a menudo, una radiografía es suficiente para revelar un quiste dentro del hueso distendido. La tomografía computarizada o la resonancia magnética no contribuyen mucho más al diagnóstico de un quiste óseo solitario, pero son útiles en el diagnóstico diferencial porque pueden eliminar o confirmar otras condiciones que pueden parecerse a un quiste óseo benigno.

Quiste óseo solitario: métodos de tratamiento

Hay varios tratamientos disponibles para los quistes óseos solitarios. Por lo general, no se requiere intervención porque el quiste es pequeño, no es probable que se rompa y no deforma el hueso. Sin embargo, cuando el quiste representa un riesgo para el paciente, se debe implementar un manejo adecuado.

El tratamiento más común es el legrado quirúrgico del tumor. El espacio posterior al quiste se rellena con injertos de hueso esponjoso, que pueden provenir del propio paciente o de otro donante. Además, se administra la médula ósea del paciente u otros factores de crecimiento obtenidos de su sangre. Además de los injertos en la cavidad del quiste extirpado, se pueden administrar otros materiales de reemplazo, por ejemplo, hidroxiapatita o cerámica bioactiva. Todos estos elementos están destinados a reconstruir el hueso dañado.

Otros métodos de tratamiento, por desgracia mucho menos eficaces, son la punción del quiste y, tras la extracción del líquido, la administración de glucocorticoides en su interior, que deberían provocar la cicatrización de los tejidos. Además, el quiste se perfora con un taladro, lo que puede contribuir a su atresia espontánea.

¿Con qué se debe diferenciar un quiste óseo solitario?

El cuadro clínico de un quiste óseo solitario puede parecerse a otras enfermedades que se desarrollan dentro de los huesos largos, como:

  • displasia ósea fibrosa
  • quiste óseo aneurismático
  • granuloma eosinofílico
  • tumor de células gigantes -más frecuente en ancianos, suele localizarse cerca de las superficies articulares
  • fibroma no osificante - ubicado principalmente en la corteza del hueso, más afuera que el quiste óseo solitario

Quiste óseo solitario: pronóstico

El quiste óseo solitario es una lesión benigna, pero en un 30-100% muestra una alta tendencia a la recurrencia. En algunos casos, el quiste puede volverse maligno, lo que lleva al desarrollo de osteosarcoma o fibrosarcoma, y ​​la enfermedad debe tratarse de manera eficaz y constante y controlarse periódicamente.